¿Te has encontrado alguna vez con la necesidad urgente de dejar atrás algo que ya no va más? Una sensación de que hay algo que debe cambiar, aunque no logres identificar qué es exactamente.
Así me siento desde que Egipto entró en mi vida de manera inesperada.
En 2022, empecé a experimentar una energía de transformación muy intensa en Perú, el país donde vivía. Desde ese momento, Egipto comenzó a manifestarse en mi vida a través de voces y un deseo inexplicable de estar allí, un anhelo que no podía comprender.
En 2023, se abrió el portal que me permitió viajar a Egipto, lo que trajo consigo un cambio aún más profundo e inesperado: ¡vivir en Egipto!
Como si todo estuviera programado, los acontecimientos se sucedieron de manera rápida y fluida, y en octubre de 2023 ya estaba instalada en Egipto.
Desde entonces, o quizás incluso unos meses antes, comenzó un proceso profundo de deconstrucción:
No sentía tener un rumbo claro.
No me identificaba con muchos aspectos de mi emprendimiento.
Me alejé de la comunidad.
Dejé de crear talleres.
Pensé que eran unas vacaciones tras años de trabajo arduo, pero no era así.
Intenté disfrazar mi angustia ocupándome en otras cosas, pasando el tiempo, llorando y dándome espacio para ver qué surgía.
Sin embargo, nada aparecía...
Solo reconocía patrones antiguos que se potenciaban, y me sentía perdida en un país desconocido.
Dudé de mi elección muchas veces, me costaba meditar, experimenté numerosos ataques energéticos, y sentía que solo debía formar un hogar con mi amor y ya. Eso, por supuesto, forma parte de mi misión personal, pero no me sentía del todo satisfecha con ello.
Tras mi último viaje a Argentina, mi país natal, en noviembre de 2024, regresé sintiendo nuevamente una profunda incomodidad.
Quería estar sola, sin gente, llorar, reflexionar… parecía que algo estaba a punto de salir, presionando por emerger, pero no tenía claridad.
Me entregué a esa emoción de "profunda depresión", desanimada… confiaba en que, si soltaba el control, algo se presentaría. Sin embargo, no es fácil lidiar con ese estado de la NADA ABSOLUTA.
Desde la luna nueva en Sagitario, hace solo un mes, todo parecía empeorar.
Poco a poco, sin embargo, empezaba a emerger. Tomaba aire y comenzaba a vislumbrar claridad, una descarga de información, respuestas y formas que despejaban toda la nebulosa incómoda.
Así, poco a poco, inicié acciones sobre algo que, evidentemente, ya venía gestándose.
La misma de siempre, pero ya no la misma. ¡Ese es mi lema!
Me despedí de mis creaciones con amor y lágrimas. Sabía que era su tiempo, que habían cumplido su misión. Cuando compartimos algo, no lo hacemos para el público o la comunidad, lo hacemos por nosotras mismas. Cuando lo integramos, se transforma para dar paso a ALGO MEJOR, a ALGO QUE NECESITO, a ALGO QUE HAY QUE PROFUNDIZAR y que ahora, con mi nueva energía, PUEDO COMPARTIR.
Antes necesitaba mucha información para ser quien soy ahora, y por eso estos hijos creativos han nacido para acompañarme.
Por eso, mi sensación era de duelo… parte de mí estaba muriendo para ser transformada.
Anclar mi energía a mi nuevo hogar en Egipto, viviendo aquí, en las antenas de la frecuencia Crística, el complejo de Gizeh.
Hoy, 27 de diciembre de 2024, comprendo aún más por qué estoy aquí. Entiendo que todo el ajuste (que fue doloroso) lo necesitaba pasar, reconozco la transformación y el cambio... ¿sabiduría absoluta? Quizás aún esté lejos de eso, o más cerca de lo que imagino, pero ya no me enfoco en ello… que la vida me sorprenda.
Desacelerar del ritmo patriarcal NO ME ES NADA FÁCIL. Es un recordatorio diario: DAR ESPACIO, NO HACER, RELAJAR, NO SOBREPENSAR… estoy en la Tierra, y esa materia es la más desafiante para mí.
En la próxima entrada, compartiré más sobre esta nueva energía. Tal vez estés atravesando un cambio profundo, y aquí estaré para acompañarte, porque entiendo de qué se trata.
Nos vemos.
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